Algo falta en estos días, estos días incompletos y cortantes. Algo no está en estas horas que suspiran anhelantes.
No encuentro lo faltante en mis ojos vidriosos, ni la cosa ausente en los pasos temerosos; pero algo falta en estos días, unos sueños, unas manos, tal vez algo de caricias o quizá sólo unos cantos.
Serán unas pequeñas palabras que acaben toda frase, un saber de esto o aquello, un tener qué hacer, una comida o quien abrace.
Y yo creo saber qué es eso que ya no me da descanso, pero lo pienso, me cercioro y lo evito con espanto ¡Ay! Qué sentimientos tengo que se ahogan en un llanto, y después en una risa y después en un quebranto.
Algo falta en estos raros días en que ya no tengo tanto, y ahora creo, evasiva, que soy yo lo que tanto falto.
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