miércoles, 19 de noviembre de 2014

Remembranza Inadjetivable

Buen día. Ojalá hoy sea un buen día. Ojalá sea un día de escritos mañaneros, de sorpresas de "buenos días", ojalá la sonrisa inmediata del despertar no se borre sino hasta que el sueño la haga irse a esperar el día siguiente. Que suene un ballet contento y la vida se haga más tranquila en los segundos de una llamada.

Podría merecer cansancio este día, pero lo borraría una mirada esperada que se lleve los minutos uno a uno y se coma el día, y se coma el alma. Que se contente con nervios de esos que disparan chispas al estómago y la garganta; y se sepa por dentro, muy adentro, para no adivinarse por fuera. Sí, que sea un día como para usar un vestido rojo que rime con el corazón como riman las palabras altas con las pequeñas. Y se brille y se llore y las lágrimas se hagan letras desconocidas, frases impronunciables. Que las preguntas se hagan con papel para quedarse preguntadas en la memoria. De mesas, sillas, sonrisas y perfume.De viejos lugares conocidos, consentimientos con sentimientos conocidos. 

Ojalá haya recuerdos de este día que no se puedan nunca ir, aunque después se añoren y hagan bajar la mirada, pero que haya memoria para guardar siempre la vida de este día de vida. Que se haga tarde en el día, y se vuelva a casa cuando ya la noche haya saludado regalando su mejor luna. Aunque no haya luna, aunque no haya tiempo ni reloj para contarlo, aunque no haya llaves para abrir la puerta, aunque no haya suficientes manos para dar todas las caricias que se quieren dar.

Y que al final, se gane la carrera... Y se pueda estallar a llorar.

...

Buen día. Ojalá hoy sea un buen día.


(Al final usé el jazz para algo mejor)