viernes, 26 de julio de 2013

Diálogos Con La Ventana VIII



Fue la noche perfecta para escribir, fue la noche última de tantas cosas, fue la noche del borde de las lágrimas secándose y volviéndose a mojar, fue noche de ideas, fue la noche de las otras. Tan igual, tan serena, tan mediana, tan callada, como regalándome sus letras para narrar, organizar, conciliar, humedecer, empañar.

Nació después de lo oscuro y sus estrellas, para dejar gritos y esperas y ser sólo eso, el mantel gigante que habría de iluminar más tarde una hoja en blanco, con pensamientos que vacilan imparablemente mientras escriben sin tinta, haciendo un camino amontonado hacia el consuelo nocturno.

Ya quisiera yo atrapar tanto pensamiento ignorante y cobarde y despertar sus necedades, hablar claro e interrumpir el silencio que hace heridas más grandes que lo que las palabras. Es esta una miedosa noche que ya no es pero que está tan viva como mis razones, es larga en el tiempo del mensaje sin respuesta y guarda impulsos sin cama. Y en secreto me ha prometido desvelos cantantes en momentos delirantes.

Están mis ojos cerca, pero de la noche, que está allá y aquí callando para hacerme hablar. Se me va la vida en noches como ésta, en las que no sé si se pasa el día y me quedé horas con más música y más quietud, hasta que se difuminan en sueños que convenientemente llegan, con más ilusiones, con más inquietud.


miércoles, 24 de julio de 2013

De Un Pensamiento Continuo Y Embelesado

La mañana me está acompañando a pensar, pensando que si pienso sola no seré dueña de mí y tantos poemas que piensan lo mismo serán los que hablen. Desesperada y dulcemente pienso en minutos rápidos y son mis pensamientos los que me dicen que los piense, porque con torpe esperanza pienso a veces en no pensar más.

Y tan inaudito es que un pensamiento pueda parar el tiempo, con tanta nostalgia como ahora y con tantas ganas de saber qué hacer. Mi mente está llena y no sólo de pensamientos, mi mente dibuja líneas cruzadas que no se entienden pero se aman, por eso pienso, porque no puedo ni pensar en dejar de pensarte.

De escritos viejos se me llena el cuerpo, de pensamientos como sentimientos inmensos que levantan los sentidos. Ya no podré parar. Por pensar en una sola cosa que es tantas al mismo tiempo, tan difíciles pero que los días parecen decir y gritar que son tan simples, pienso en cascadas que le tienen miedo al torrente. Pienso. Con la mente, con el corazón, con las manos, con los ojos.

Pienso mucho, tal vez más, y muero de pensamientos desbordados que piensan cuando la mañana se está yendo ya.



lunes, 22 de julio de 2013

No Te Doy Promesa Alguna

(De Marra PL. Lanot)




No te doy promesa alguna.
Es bastante que en este momento
te quiera como me quieres,
todo cambia y no te controlo
y no puedes poseer nada de mí
ni mi mente, ni mi alma
porque mi corazón es lluvia
que cae bajo el sol y bajo la luna
sin saber cuándo o dónde,
besa todos los árboles,
todas las mariposas,
cae en la tierra seca
para que las plantas crezcan,
cae en los ríos para los peces,
cae para limpiar las lágrimas
de los niños y las mujeres
negras por los golpes,
cae como música a los pobres
que no pueden dormir sin comida.
No te doy ninguna promesa,
mi amor, porque mi corazón
abraza todo el mundo.



martes, 16 de julio de 2013

A Las Cuatro

Todos los días merecen una tarde así. Lírica y callada. Fría y aquietada.

De manos ajadas, de versos robados y notas escondidas. De agua desvelada y piel desprevenida. De sonidos desiguales, de verdes y amarillos, de quietud con olor a libro nuevo.

Una tarde preguntona que cansada descansa. Que se oscurece en buenas letras. Una tarde como una rima perfecta para escribir sobre lo escrito. Una tarde de papel y lápiz, de palo y hoja. De olvido para olvidar y tener presente. De música en la mente. Una tarde de madrugada.

Filosófica, libre y risueña y despejada.

Con perfecta compañía, miradas entre miradas y palabras no dichas. Con ojos que buscan la forma del cielo y secretos corriendo en el aire. Con horas enredadas en minutos.

Todos los días merecen una tarde así.






lunes, 15 de julio de 2013

Des-y-sosiego

A la orilla del mar más grande, con nada más que inmensidad por delante, sin nada de lo que no necesito, asoma la mañana en colores delirantes. Y la mirada perdida prolonga el momento, como si el amor mirara y encantara, y se fuera y se quedara (allá). El cuerpo piensa, los pies caminan y los nervios se estremecen. La tranquilidad… Ella habla por sí sola.

Con escribir insumiso, con caminar impreciso, con mirar sonriso;  deseoso como flor de pétalos abiertos que busca al sol para vivir. Voy recordando aquello importante; que el corazón es ansioso, y se toma a la vida en un despiste, que el tiempo presuroso se aferra a lo que sí existe. En medio de tanto alborozo, voy lento para después correr hasta saltar al abismo. Y canto canciones vueltas memoria, y vengo a ver llover en un cultivo seco, sólo grito para oír el eco y cuento una nueva historia.  Me veo en el hilo delgado de una palabra sin pensar en después, detenida en viento pasajero; suave es el correr de mis pensamientos lozanos, y no los querría si no fuese así.

Gracias y no gracias. Con qué lucidez hablara un herido. Qué cambiante el sentir abierto de un cuadro dolido que murió sin morir. He de verlo ya en mis nuevos sueños, en donde esté más despejado el aire, donde haya risa  inmutable y se hable de detalles pequeños. De vuelta al carpe y al diem, se pasan las horas tranquilas en la viveza de una nueva ilusión. Emoción, efusión, pasión, canción.

Tengo ahora silencios llenos de poesía, tan solo hablo de sueños cual silbidos suaves, entre locura y dulces casualidades. Me escribo a mí y cambio de razones, me refugio en mis pasiones que a mi sonrisa, risa le han regalado, y una risita es sedante, una sonrisa para unos ojos es anestesia al dolor incesante. Mejor será vivir sonriendo, para poder morir de risa, de amor, de sueño y de emoción; y volver, volver a hacer que valga la pena.