La mañana me está acompañando a pensar, pensando que si
pienso sola no seré dueña de mí y tantos poemas que piensan lo mismo serán
los que hablen. Desesperada y dulcemente pienso en minutos rápidos y son mis
pensamientos los que me dicen que los piense, porque con torpe esperanza pienso
a veces en no pensar más.
Y tan inaudito es que un pensamiento pueda parar el tiempo,
con tanta nostalgia como ahora y con tantas ganas de saber qué hacer. Mi mente está
llena y no sólo de pensamientos, mi mente dibuja líneas cruzadas que no se
entienden pero se aman, por eso pienso, porque no puedo ni pensar en dejar de
pensarte.
De escritos viejos se me llena el cuerpo, de pensamientos como
sentimientos inmensos que levantan los sentidos. Ya no podré parar. Por pensar
en una sola cosa que es tantas al mismo tiempo, tan difíciles pero que los días
parecen decir y gritar que son tan simples, pienso en cascadas que le tienen
miedo al torrente. Pienso. Con la mente, con el corazón, con las manos, con los
ojos.
Pienso mucho, tal vez más, y muero de pensamientos desbordados que piensan cuando la mañana se está yendo ya.
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