jueves, 27 de septiembre de 2012

Muchas Sonrisas, Por Favor

Muchas cosas pueden llegar al alma,  sencillas y complejas es difícil entenderlas a todas. A tu alma pueden caberle muchas cosas, como ahora sucede, me atrevo a decir. Y yo te miro y te oigo un poco desde lejos, con un rastro de silencio detrás de tus comentarios que se interrumpen solos y ahondan en ideas indescifrables. A ver si a tu alma le puedo regalar una que otra cosita en esta ocasión.
¡Muchas sonrisas, por favor!
Me afanaré hoy por conseguirlo; lo intentaré, aclaro. Empezaré quizás con un abrazo o dos, muy muy fuertes y largos, pero de cualquier modo ellos estarán siempre allí, por si lo olvidabas, aunque no sería una mala idea llevarlos conmigo por si acaso. Empezaré quizás con una caricia rápida o una risa aparentemente falsa, algo ligero que no haga mucho alboroto.
¿Sabías que tu risa suena de muchas maneras? Sí, una para reconfortar cada sentimiento que siento yo, hay algunas para el día, otras para la noche, unas para las tardes de domingo y otras para los fugaces minutos semanales, tantas y tan dulces maneras que sólo dejan una emoción indescriptible en lo más recóndito.
Pondré una dosis de tranquilidad en tu mente, en donde por un ligero momento no existan ni tobillos ni columnas ni vértigos ni exámenes ni textos… Ni mucho menos crisis económica.
Y mandaré a tocar mil instrumentos de esos bonitos y mandaré a cantar mil canciones de esas sin razones, nada que tenga que gustarte, sólo algo alegre que ilumine un poquito más tus ojos, y que una vez terminada tal tarea, me mires y sonrías, y con tu mirada calles a todas las palabras que se están muriendo por ser dichas.
Me adentraré despacio por pequeñas cavidades que den tan solo lugar a mi voz, soltaré suavemente un murmuro que grite “Te quiero” (…Te quiero tanto que te amo) ¡Y  sin peros voy a sacar una sonrisa de tu cara! Una de tantas que alegran mi alma y hacen que mi corazón salte ridículamente. ¡Ahí está! Petitoria satisfecha.
Y si nada de esto sirve (corro el riesgo)… ¡Y bueeh! ¿Qui Quirij Qui Te Diga? ¡Se hizo el intento!
Yo sólo quisiera que recuerdes que tu alma da mucha vida a otras almas y que no hay nada mejor que sentir alivio cuando en medio de la zozobra estás tú y pareciese como si para un momento perfecto no hiciera falta nada más, aseguro que no es una sensación mía solamente, eres totalmente imprescindible a la hora de ser feliz, y es demasiada fortuna el devolverte algo de esa vida que a diario regalas.
Cuando ese no sé qué haga estragos y tus conmociones sean más grandes que tú y otros tantos tú, exclama mi nombre, que ahí puntualmente estaré para que me pidas:
“¡Muchas sonrisas, por favor!”