Si no me vas a besar mañana, no lo hagas ahora cuando las
miradas son cambiantes minuto por minuto, no cuando mis fuerzas son las mismas
de un papel bajo una nube cargada de lluvia. Si no me vas a besar mañana, no lo
hagas hoy que yo podría quedarme a vivir entre tus cejas después de besarme y
olvidarme de mi vida.
Si no me vas a besar mañana, no lo hagas. No lo hagas porque mi sed de tus
besos se levanta como nueva cada día, como si volviera a nacer con el primer
pensamiento de la mañana. En el aire de mi imaginación flotan fácilmente tus
manos en mi pelo enredadas, y ahí otra vez te beso aguardando tus besos, y
temiendo que no vayan a llegar. Si no me vas a besar mañana, no lo hagas,
porque no mejoro en el arte de esperar, y tengo los labios cansados de besos
que no vuelven, la boca mojada en incertidumbre.
Si mañana el viento soplará fuerte y habrá marejadas en nuestros adentros
callados, y ni tus ojos ni los míos podrán evitar las fieras miradas de
nuestros corazones, y las preguntas y las respuestas las guardaremos en cajones
cerrados, no me beses, no le dejes a mi cuerpo el recuerdo de la canción que,
cuando me besas, me cantan tus labios.
Si me vas a besar, hazlo en mis sueños, donde sea yo la que
cree los besos y sólo me encuentre con ellos detrás de mis párpados, y así no
tener que mirarte mañana de lejos y no saber de quién es la mirada perdida, si
tuya o mía. No me hagas morirme y volver a vivir en la mitad de tu beso que
tanto sueño despierta, que busco debajo de mi almohada cada noche, que busco en
la piel de mis brazos que una vez besaste. Qué voy a hacer cuando vuelva ahí a
no encontrarte, cuando en la noche piense en mañana con recelo. Dime qué voy a
hacer cuando, después de tu beso, le tenga miedo al amanecer.
Si mañana tu voz va a flotar en el aire y va a ser tan etérea que no la voy a
poder tocar, no me beses. Si soy digna de tus momentos mas no de tu vida: No. Si
es sólo porque ves lo afectada que estoy: No. No me beses. No si esa es tu
razón. Si no me vas a besar mañana, mejor déjame aquí siendo lo que no te
atreves a ser.
No me beses si mañana tus palabras no me van a mirar de la
misma manera.
No me beses si mañana nuestros besos serán de camerino y no
de escenario.
No me beses si tus labios, como las palabras que salen de
ellos, no serán solamente míos.
No me beses. No me beses por ti. Porque puedo ser perjudicial. Porque no
olvides que con frecuencia olvido que la cuerda floja por la que caminamos no
es la misma.
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