lunes, 20 de junio de 2016

Extrañitud

Cómo se le llama a lo que sufren los que hablan con los labios sellados, a los que caminan sin saberse caminando, a los que suponen la vida. Qué es eso que hacen los que se piensan y se van.

Cómo se le llama a la tristeza por el corazón regada, pero tan silenciosa, tan disimulada. A la indisciplina al escribir, tan terrible y tan feliz de sentir.

La ironía que, escondida, destella. Brilla oscura con intenciones macabras. Y la demora de sus palabras, y lo poco que podía verse detrás de ellas.

Y las pocas sílabas y el color con que venían pintadas que ya no era negro sino que era gris. Color que no ha podido vestirse de feliz.

La incómoda forma de compartir un día y la difícil forma de explicar cercanía. Y el "ya no es antes sino que es ahora", y el grito ahogado de tan mala hora. Los libros que se preguntan por su destino, la noticia tan esperada que no vino.

Y la luna afuera sin quienes en un abrazo la miren. Y el deseo furibundo de adentro de vivir en otro lado más cercano a su cuerpo. Y su cuerpo ausente, y su ausencia fuerte, y su fuerza, inerte, y su muerte haciéndome preguntarme cuándo me dejará volver a verle.

Las manos vacías de dedos y las palmas sin líneas sobre las líneas de la vida. Los pasos que se dan quedos como para no delatar la huida.

Y esas pequeñas, imperceptibles cosas que con esos pasos se alejan, que alejan las almas tanto como los cuerpos. Los detalles que de a poco se llevan los cuidados atentos. El sol que ya se está escondiendo. La concreción de un rodeo que daba risa. La máscara neutra. La llamada que no llega. La pregunta que espera. Los que se paran y se miran en medio de diez centímetros físicos y diez metros de alma.

La pulcritud, la exactitud, la esclavitud, la ingratitud, la desconfietud, distancietud, tristecitud...

-Diez centímetros físicos y diez metros de alma-

...La extrañitud.





20 junio 2016

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