viernes, 25 de marzo de 2016

Despertar En Desierto

No sé cómo llegué aquí. Tal vez una ventisca, una tan fuerte y rápida que no me dejó echar hacia atrás. Sólo cerré los ojos y cuando los abrí, ya estaba caminando en esta arena pesada, y siento que con sólo días, ya he empezado a caminar en círculos, entrecerrando los párpados para tratar de ver el final de este lugar. El final de este lugar que sé que puede sacarme de aquí en otro abrir y cerrar de ojos: sus brazos.

La eterna suavidad de la vida, sus brazos, que cuando no los tengo los vuelvo a crear en mi mente casi exactos a como han sido cuando los he tenido cerca. Tan grandes que me envuelven toda tapándome las tristezas, tan acariciables que me hacen deshacerme de mis manos en el camino a las suyas, tan fuertes que me protegen hasta de mis miedos. Pero están lejos y lo sé, y mi réplica de ellos no hace todo el trabajo porque aún los extraño, aún lo extraño y lloro encima del día en que decirlo no fue suficiente.

Sigo aquí con la mirada en las cadenas de mis manos que ahora pienso que no están ahí porque me ataban, sino porque yo las sostenía, y lo pienso alejándose sin cadenas y llegando a tierras distintas a estas. Yéndose de mí sin saber la palabra bonita que sus ojos esconden: paz. Quisiera decirle, por si mis miradas no lo hicieron, que sus ojos son oasis, agua, luz. Son las canciones que me enseñó a cantar y que hoy canto queriendo que me cante. Baja del cielo lejano, estrella, y dime si me quiere un poco.

Mi cama está sola. Ni siquiera me tiene a mí que no me atrevo a estar ahí sintiendo su ausencia. Y si llego a ella, me desvelo en mi anhelo de que viva en mis sueños y ahí sea fácil amarnos. Mi cuerpo desierto me dijo que era difícil sostenerse si no era con sus plurales quitándole el puesto a mis singulares y sus susurros recorriéndome la piel por años, sin querer encontrar el final del camino. Así como yo no encuentro el final de este desierto.

Y me he vuelto tan triste como un diccionario que no encuentra las palabras para decirle que vuelva. Y es la vida un nocturno que está a punto de ver la mañana.



25 marzo 2016.


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