(...)
"Vivo ahora de una mano no pedida. Una madrugada reprimida. Una
imagen perdida. Una mirada escondida. De una risa que aprisiona lo que fue. Cabeza
agachada no es un signo de cobardía, es sentir lejano lo que me era fiel, risa
forzada pero colmada de alegría; es sentirme extraña en mi propia piel. Existo al
lado de la verdad que se volvió recuerdo pidiéndome a gritos distancia y es así
como siento ahora, con furor, pero con distancia; con pasión, pero con
ausencia; con tesón, pero con paciencia."
(...)
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