martes, 1 de noviembre de 2011

Valentía

Es extraño ver como el mundo colapsa de un segundo a otro, en un instante repentino que cae como “balde de agua fría”, es más extraño (sin dejar atrás la palabra “confortador”) ver como esas súbitas circunstancias reúnen a las personas, es aún más extraño (sí, aún más), ser parte de todo eso, no poder salir ni querer hacerlo.

Han habido catástrofes mundiales que han conmocionado al mundo, no deja de impresionarme cuánta ayuda desinteresada puede recaudarse en tan poco tiempo, dejemos atrás los amarillismos e insensibilidades siempre presentes, la sociedad actual ha demostrado ser dadivosa, no todo es malo, el BIEN existe. Ahora esto ha pasado a ser un ensayo con características propias de un sermón.

Segundo intento, misma idea. Mil cosas pasan de las que todos se dan cuenta, todos, pero los silencios les ganan a las manifestaciones de pensamientos, no lo juzgo… Bueno, trato de no juzgarlo. Tal vez, el callar sea el medio por el cual algunos deciden revelar el estremecimiento de su interior, tal vez simplemente no tengan nada que decir y su cara, a pesar de no hacerlo directamente, muera por hablar. El sigilo es un arma de doble filo, es un dato que quizás deseen guardar en un rincón de su mente, que espero no esté llena de pensamientos fortuitos, como la mía.

De la vida se esperan muchas cosas pero que ridiculez es planear un destino cuándo sabemos perfectamente que todo aquello que pueda suceder es impredecible, no sé ustedes, pero mi pensamiento sostiene que existir no tendría ni una pizca de gracia si supiéramos que está escrito en las páginas futuras de nuestra historia, me gusta imaginar que todo está aún en blanco, y la tinta utópica que está en mi libro la amarro conmigo, de esa manera, soy la única artífice de todo lo que me traiga alegrías y consecuencias.

No sé si estoy confundida o no, eso aparentemente ya es una confusión. No. En realidad lo es. ¿Lo ven? Que enredo de cosas tengo por decir, pero retomando la idea de los pensamientos fortuitos que llevo conmigo, me retracto, espero que mi cabeza esté constantemente llena, llenísima de cosas en las cuales indagar, sin situaciones como ésta (como la vida misma) me sentiría vacía.

No me queda claro a quién va dirigido esto ¿Debería escribir “a quien interese” como en una cortés e importante carta?, supongo que lo verá y se tomará el tiempo para leerlo cualquiera que se sienta identificado o curioso. El ser humano ha superado sus propias barreras, ha sido capaz de crear la tecnología más alucinante, resguardada tras la pequeña pantalla de este ordenador, cuando dé clic a “enviar”, este ensayo estará al alcance del MUNDO ENTERO.


¡

1 comentario: